Recopilatorios (Parte I) – Cuando mirar atrás no da tortícolis

Me ha costado un tiempecito recuperarme de la manta de escobazos que me cayó el otro día, pero creo que vuelvo a estar plenamente operativo. Y si no lo estoy, da igual, porque no puedo esperar para hablaros de los recopilatorios de juegos clásicos que podemos encontrar para nuestras consolas actuales (bueno, a lo mejor no tan actuales). Como tampoco me apetece ponerme a googlear como un poseso, me voy a limitar a aquellos recopilatorios de juegos clásicos que obran en mi poder, para los más variopintos sistemas. Concretamente: Sonic Gems Collection, Midway Arcade Treasures 2, Taito Legends, Taito Legends 2, Activision Anthology y Capcom Classics Collection Vol. 2. No están todos los que son, como pasaba con nuestro Top 5 de Jamelgas Pixeladas, pero al menos podéis tener la garantía de que (aunque sólo sea por esta vez) sé muy bien de lo que hablo. Aquí tenéis un buen ejemplo de artículo basado en los conocimientos del autor, sin trampa, cartón ni Wikipedia. Que Sei Satô y Haruhi Suzumiya, mis diosas, os cojan confesados.

Tener una recreativa en casa (aunque sea de año la tana) ya no es una utopía.

Los antecedentes de los consecuentes

La aparición de recopilatorios de juegos clásicos se debió a tres factores fundamentales. El primero de ellos, la aparición de soportes de almacenamiento de datos lo suficientemente grandes como para albergar varios juegos en un mismo medio (cartucho, disco… lo que sea). El segundo, la aparición de sistemas lo suficientemente potentes como para emular de forma realmente funcional y efectiva las máquinas para las que aparecieron los juegos que se vayan a incluir en la compilación, o , cuando menos, hacer posibles conversiones verdaderamente fieles a los originales. Por último, y no por ello menos importante, la toma de conciencia por parte de la industria de su propia trayectoria vital; esto es, los recopilatorios de juegos clásicos aparecen, obviamente, en el momento en que la industria de los videojuegos se da cuenta de que lo suyo no es algo que surgió ayer por la tarde y que, al igual que el mundo del cine o de la literatura (salvando las distancias, por supuesto), ha de tener, puede tener o de hecho tiene sus propios clásicos, que merecen ser conocidos por todo aquel que se sienta un buen aficionado.

Capcom Generations para PSX. Un recopilatorio de clásicos convertido en un clásico en sí mismo.

Teniendo en cuenta que el considerado primer videojuego de la historia, Tennis for Two, data de 1956, fecha muy reciente desde un punto de vista histórico (aunque lo suficientemente antigua como para darle en los morros a más de un palurdo que se cree que esto es una moda de hace tres días), y teniendo en cuenta además que, viendo cómo viene la nueva generación de consolas (PS3, Wii, 360), queda aún mucha tela que cortar, no tengo muy claro si realmente se puede hablar de videojuegos verdaderamente «clásicos», a lo que hay que añadir lo difícil que es definir tal concepto. No obstante, una cuidadosa observación de las recopilaciones que voy a comentar debería servir para hacernos una ligera idea (como mínimo) de la clase de videojuegos que se proponen como «clásicos».

Juegos mecánicos de habilidad como este, fechado en 1941, fueron los precursores de los videojuegos.

Y es que, curiosamente, los primeros recopilatorios de clásicos aparecieron en la era de los 16 bits, de la que tanto hablamos aquí en Retrobits, y que es considerada por muchos hoy en día como una época «clásica». Estoy hablando de títulos como Williams Arcade Hits para Super Nintendo y Mega Drive, que nos ofrecía, en un mismo cartucho, la posibilidad de jugar con juegos de éxito que la compañía Williams lanzó para recreativas entre finales de los 70 y principios de los 80. Pero cuando de verdad empezaron a aparecer recopilaciones de clásicos realmente serias y elaboradas fue en la generación de los 32 y 64 bits, especialmente con la aparición de dos series de geniales recopilatorios por entregas: Namco Museum (PlayStation, 5 entregas) y Capcom Generations (Saturn y PlayStation, 4 entregas), los cuales, además de los juegos en conversiones «pixel perfect» de algunas de las recreativas antiguas de más éxito de ambas compañías, incluían interesantes extras, como consejos, trucos, e incluso la posibilidad de alterar las opciones por omisión de los juegos (dificultad, vidas, créditos por moneda…), como si fuésemos administradores de un salón recreativo con acceso a los «dip switches» de las máquinas.

Si buscas «Williams Arcade Hits» en Google te puedes encontrar con esto. No es coña.

Y ahora, sin más preámbulos, hablemos de mis recopilaciones de clásicos favoritas para Xbox, PlayStation 2 y Gamecube, presentadas por la adorable Etna.

Midway Arcade Treasures 2 – PS2, PSP, Xbox

En nuestro Briconsejo de hoy, aprenderemos a sacar fotos aberradas y quemadas como esta.

Creo que he perdido la cuenta de la cantidad de recopilaciones que ha sacado esta prolífica compañía norteamericana. Yo tengo la segunda entrega, que es la que me parece más atractiva. Mentiría si dijera que es la compilación que más me gusta, pero, aunque incluye juegos mediocres o directamente malos que no merecen ser calificados como «clásicos» (¿Xenophobe? ¿De verdad a alguien le gustaba esa mierda?), sí que incluye juegos magníficos, o, cuando menos, juegos que, aunque sólo sea como curiosidad, merecen ser recordados. Tales son los casos de Mortal Kombat II (el mejor de la saga, con diferencia), MK3 (bastante bueno también, aunque inferior al segundo), NARC, Arch Rivals, Rampage World Tour (magnífico) o Gauntlet II, cuya inclusión en este DVD casi te hace perdonar que tengas que comerte con todo el paquete juegos tan sumamente aburridos como Cyberball 2072, bromas de mal gusto como Primal Rage o Pit Fighter, el mediocre Spy Hunter II o el absolutamente insufrible Xenophobe. Mención especial merece Hard Drivin’, uno de los primeros juegos de coches con auténticos gráficos en 3D y con verdaderas pretensiones de realismo, que, aunque no ha envejecido muy bien (jugar a este juego después de echarle unas horas al Forza Motorsport es de depresión aguda, como poco), merece que se le preste atención, aunque sólo sea por el enorme mérito que tiene.

Hard Drivin’ tenía este im-precionante aspecto. Era 1989, ¿qué más queréis?

En cuanto a los extras, no están mal: cada juego tiene sus propias opciones de configuración, y se incluyen además vídeos de entrevistas con los creadores de los mismos, o de anuncios y trailers de presentación. Bastante completo el lote, la verdad.

NARC. Como podéis ver, paz y amor.

Total Carnage. Todo ternura.

Sonic Gems Collection – GCN, PS2

No sé… Me decepcionó un poco esta recopilación, la verdad. Sin duda alguna mordí el anzuelo: la posibilidad de tener en casa el legendario Sonic CD (que ya iba siendo hora de que lo reeditaran) era demasiado tentadora como para resistirme a gastarme los 45 eurazos que me costó la versión de Gamecube de Sonic Gems Collection (la de PS2 ahora está en los 20 eurillos, creo). Y no se puede decir que me arrepienta, ya que, aunque con la banda sonora de la versión gringa (la japonesa es distinta y, según algunos, mucho mejor), Sonic CD está ahí, y es un grandísimo juego. ¿El resto? Bueno… Sonic R (originalmente aparecido en Windows y Saturn) está bien para pasar el rato y tiene una banda sonora curiosa, además de que se puede considerar en cierto sentido el precursor de los Sonic Adventure, pero vamos, tampoco es para tirar cohetes. Sonic Fighters es un extravagante cruce entre la saga Sonic y Virtua Fighter desarrollado por Sega-AM2 y bueno… que también está bien para un rato, pero nada más. Además, los juegos de lucha en 3D no son lo mío. También incluye (algunos como desbloqueables) juegos de Game Gear relacionados con el universo Sonic:

• Sonic 2, del que podrían haber elegido la versión de Master System, que era bastante mejor, la verdad sea dicha.

• Sonic Spinball. Si el de Mega Drive no era precisamente gloria bendita, imaginaos este.

• Sonic Triple Trouble. No está mal, pero no deja de ser pura Sonic-exploitation de segunda división.

• Sonic Drift 2. Personalmente, no le veo maldita gracia a este intento de imitación de Mario Kart.

• Tails’ Adventures, primer juego protagonizado en solitario por el zorro de cola bífida, bastante curioso.

• Tails’ Skypatrol, aparecido exclusivamente en Japón, aunque no nos perdimos gran cosa, creedme.

Sí, Tails es monísimo, pero valiente truño que nos colaron.

Sonic CD, el juego por el que picamos como benditos.

Y ya que hablo de juegos desbloqueables, las estrella en este aspecto son Vectorman y Vectorman 2. No son la octava maravilla del mundo, pero son muy vistosos gráficamente y bastante entretenidos. Además, para algo decente que hicieron los de Blue Sky para Mega Drive, tras horrores como Tale Spin… Aunque hay un «pero» muy gordo a este respecto: en la versión japonesa de Sonic Gems Collection, los juegos desbloqueables eran los Streets of Rage, nada menos. Una vez más, casi dan ganas de ser japonés. ¿Y de extras? Una galería de imágenes ingente, trucos y consejos para todos los juegos, los manuales originales escaneados, piezas musicales para escuchar… Quizá este aspecto sea lo mejor de una recopilación que, por lo demás, resulta algo pobre, aún a pesar del incomparable Sonic CD.

Vectorman tratando de tomar un avión en vuelo. Es lo que tienen, estas compañías low-cost.

Bueno, y con esto y un bizcocho, hasta mañana a las nueve y media, momento en el que os hablaré del resto de recopilaciones que lucen en mis estanterías: Activision Anthology, Taito Legends 1 y 2, y Capcom Classics Collection Vol. 2. Muchas más de esas maravillas que nos permiten disfrutar de los juegos de nuestra infancia en nuestras (relativamente) nuevas consolas, y en el confort de nuestro salón.